“Nos ocupamos para que nuestros colaboradores logren un adecuado balance entre su vida laboral y personal.” Frecuentemente, oímos que las organizaciones consideradas vanguardistas implementan distintas medidas que impulsan el equilibrio entre el trabajo y la vida personal de sus colaboradores. Los beneficios no tradicionales, asociados a mejorar la calidad de vida, que las empresas suelen ofrecer son:
- Horario flexible
- Reducción horaria (Viernes cortos)
- Teletrabajo
- Día libre por cumpleaños del empleado
- Día libre por cumpleaños de los hijos del empleado
- Licencias (casamiento, maternidad, paternidad) adicional a la legal
- Día libre vs. Compensación horaria
- Talleres de manejo de stress/nutrición
- Descuentos para la práctica de deportes
- Gimnasio/clases de yoga/masajes en la oficina
Si bien dichas acciones son altamente valoradas por las personas, reflejando cambios innovadores en los esquemas de beneficios existentes, despiertan en nuestra mente distintos interrogantes:
¿Por qué surge ahora esta preocupación por la calidad de vida de los personas?
¿Cuáles son las ventajas que obtienen las empresas al prestar mayor atención a las actividades no relacionadas directamente al trabajo de sus empleados?
¿Será que las organizaciones sienten cierta responsabilidad por haber provocado “desequilibrios” en la vida personal de sus colaboradores?
Las preguntas siguen y las respuestas comienzan a aparecer. Es vox populi que, en los últimos años, los niveles de stress y fatiga laboral han crecido velozmente. Trabajar extensas jornadas bajo presión extrema y con alto nivel de responsabilidad es lo que lleva a las personas a sentirse “quemadas”. Estos síntomas se traducen directamente en disminución de la productividad, mal clima laboral, ausentismo y, por ende, en pérdidas monetarias. Habiendo descubierto dicha información, suena racional pensar que las empresas accionen y focalicen sus esfuerzos para revertir esta situación. Sin embargo, nosotros también tenemos la responsabilidad de actuar para modificar esta realidad. Si no nos preocupamos por nuestra propia vida, es difícil pensar que alguien más lo haga desinteresadamente por nosotros…
Según la OMS La Calidad de Vida es "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto que está influido por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno". La Calidad de Vida está conformada por diversos aspectos que debemos fomentar individualmente para alcanzar nuestro propio bienestar:
- Para la salud física: adquirir hábitos saludables, como hacer actividad física, tener suficientes horas de descanso y alimentarnos correctamente.
- Para un adecuado estado psicológico: juzgarnos desde una mirada positiva, aceptarnos como somos, generar proyectos a nuestra medida y aprender a ser optimistas.
- Para una efectiva relación con el entorno: potenciar relaciones sociales valiosas, disfrutar de la familia, de los amigos, de la naturaleza y dedicar tiempo para hacer las cosas que nos gustan.¡Aprendamos a tomar las riendas de nuestras vidas, responsabilizándonos de nuestras acciones, para seguir siendo trabajadores comprometidos pero sobre todo felices!
- Horario flexible
- Reducción horaria (Viernes cortos)
- Teletrabajo
- Día libre por cumpleaños del empleado
- Día libre por cumpleaños de los hijos del empleado
- Licencias (casamiento, maternidad, paternidad) adicional a la legal
- Día libre vs. Compensación horaria
- Talleres de manejo de stress/nutrición
- Descuentos para la práctica de deportes
- Gimnasio/clases de yoga/masajes en la oficina
Si bien dichas acciones son altamente valoradas por las personas, reflejando cambios innovadores en los esquemas de beneficios existentes, despiertan en nuestra mente distintos interrogantes:
¿Por qué surge ahora esta preocupación por la calidad de vida de los personas?
¿Cuáles son las ventajas que obtienen las empresas al prestar mayor atención a las actividades no relacionadas directamente al trabajo de sus empleados?
¿Será que las organizaciones sienten cierta responsabilidad por haber provocado “desequilibrios” en la vida personal de sus colaboradores?
Las preguntas siguen y las respuestas comienzan a aparecer. Es vox populi que, en los últimos años, los niveles de stress y fatiga laboral han crecido velozmente. Trabajar extensas jornadas bajo presión extrema y con alto nivel de responsabilidad es lo que lleva a las personas a sentirse “quemadas”. Estos síntomas se traducen directamente en disminución de la productividad, mal clima laboral, ausentismo y, por ende, en pérdidas monetarias. Habiendo descubierto dicha información, suena racional pensar que las empresas accionen y focalicen sus esfuerzos para revertir esta situación. Sin embargo, nosotros también tenemos la responsabilidad de actuar para modificar esta realidad. Si no nos preocupamos por nuestra propia vida, es difícil pensar que alguien más lo haga desinteresadamente por nosotros…
Según la OMS La Calidad de Vida es "la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto que está influido por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia, sus relaciones sociales, así como su relación con los elementos esenciales de su entorno". La Calidad de Vida está conformada por diversos aspectos que debemos fomentar individualmente para alcanzar nuestro propio bienestar:
- Para la salud física: adquirir hábitos saludables, como hacer actividad física, tener suficientes horas de descanso y alimentarnos correctamente.
- Para un adecuado estado psicológico: juzgarnos desde una mirada positiva, aceptarnos como somos, generar proyectos a nuestra medida y aprender a ser optimistas.
- Para una efectiva relación con el entorno: potenciar relaciones sociales valiosas, disfrutar de la familia, de los amigos, de la naturaleza y dedicar tiempo para hacer las cosas que nos gustan.¡Aprendamos a tomar las riendas de nuestras vidas, responsabilizándonos de nuestras acciones, para seguir siendo trabajadores comprometidos pero sobre todo felices!
Mariana Urbancic, Licenciada en Relaciones del Trabajo de la Universidad de Buenos Aires.